PH: Ines Garcia

El equipo femenino de Boca empató 1 a 1 con River, el gol  del Xeneize lo hizo Mica Cabrera de penal mientras que Mercedes Pereyra había abierto el marcador para las millonarias.

El cotejo disputado en el Complejo Pedro Pompilio tenía todos los condimentos necesarios para vivir una gran jornada. La tarde templada con el clima ideal para jugar a la pelota y el enfrentamiento con el acérrimo rival en el primer partido de la temporada le puso un condimento extra al encuentro tanto en la tribuna, la cual colapsó y se vivió una verdadera fiesta con bombos, platillos y trompetas incluidas, como en la cancha, donde la lucha y el carácter emanaron durante los 90 minutos.

Luego de ingresar los equipos juntos, saludarse y fotografiarse con un cartel que decía: “Somos rivales, no enemigos», dejaron la amistad atrás y pusieron todo en el campo desde el primer momento.

Las Gladiadoras parecían desconcertadas al iniciar el partido y así llegó el primer gol. A los 8 minutos, con el partido naciendo, River encontró mal parada la defensa Xeneize y con unos pases rápidos, dejo sola a Mercedes Pereyra que definió tras la salida de la arquera Elizabeth Minnig y después de rozar en una defensora en la línea, establecía el parcial 1 a 0 a favor de los visitantes.

Boca intentaba encontrar su juego moviendo la pelota pero la visita aprovechaba al recuperar y salir rápido de contra. A los 26 minutos, tras varias aproximaciones de Boca, la pelota se encontró con una mano de una defensora de River y la árbitro sancionó penal. La número 10, Micaela Cabrera lo convirtió el gol e hizo explotar al Pedro Pompilio. Anteriormente, en una jugada aislada, Bianca Recanati chocó con la arquera de River en un claro penal que no sancionaron a favor del azul y oro, la jugadora debió salir y se fue en silla de ruedas.

Después fue todo de las Gladiadoras, manejaron la pelota, tuvieron un par de ocasiones para ponerse en ventaja pero por una cosa u otra no llegaban a adelantarse en el marcador. No desplegaron el Juego que ellas querían ni el que acostumbran a hacer pero les bastó para demostrar que fueron más que su rival y que la entrega nunca se negocia.

El partido terminó en empate en uno. Tal vez quedé un sabor amargo por no poder ganarle a River en la primer fecha, pero está claro que no faltó el sacrificio que caracteriza a las Gladiadoras y a la azul y oro, por eso la hinchada que acompañó a las chicas terminó la fiesta con ellas, a puro canto y fotos.

La próxima jornada se viene Morón, de visitante, donde tratarán de mejorar y alcanzar los primeros tres puntos del campeonato.

Redacción: Martín Casafu

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