Boca perdió con Gimnasia, quedó afuera de la Copa Argentina y Guillermo atraviesa su momento más duro como DT del Xeneize.

Luego de lo que fue el cimbronazo de la derrota ante River en el Superclásico, el equipo de Guillermo viajó a Córdoba con la premisa de cambiar de página y clasificar a los cuartos de la Copa Argentina. Sn embargo, una nueva apática performance de se hizo presente en el Mario Alberto Kempes y complicó aún más la situación. Sin ganas, ideas, determinación o carácter, Boca se vio imposibilitado de crear fútbol y no inquietó a Martín Arias durante los 90 minutos, incluso casi sin situaciones de gol.

El tanto de Hurtado sobre el final del partido fue el golpe de nocaut para Boca, que era el boxeador rendido, con los brazos bajos y sin defensa alguna; a la espera del gancho que pusiera fin al martirio de 90 minutos apagados, aburridos y sin fútbol. El futuro es incierto. Este equipo, golpeado, bajoneado, deberá viajar a Belo Horizonte en busca de la clasificación a semifinales de la Copa Libertadores. El presente, no abre lugar a ilusiones a pesar de que el hincha mantiene el ‘Boca en la Copa es otra cosa’.

La próxima parada es Colón, en La Bombonera, pero la cabeza ya está puesta en Cruzeiro y en lo que será un duelo clave para la continuidad de Barros Schelotto en el cargo.

Redaccion : Sebastian Bezzerri

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