Boca empató con Cruzeiro 1-1 en Brasil y disputará la semifinal de la Copa Libertadores ante Palmeiras. En un partido duro y donde el equipo de Guillermo no jugó del todo bien, la suerte y buenos rendimientos defensivos le bastaron para cuidar el 2-0 obtenido en la ida y meterse entre los 4 mejores de América. Con Nández como estandarte y un gran partido de la línea de 4, principalmente Buffarini y Magallán, Boca se replegó bien en busca de una contra que nunca apareció; Villa, a pesar de estar encendido durante la primera etapa, no logró conectar con Pavón y Zárate y las posibilidades de peligro se esfumaron.

Luego del gol de Sassa en el compelento, en la primera que tocó apenas ingresó, Cruzeiro se le fue encima a Boca en busca del gol que llevara el partido a una definición desde los 12 pasos. El estadio hervía por el fervor de los hinchas brasileños entretanto una salvada heróica de Rossi sobre la línea, un penal que no terminó siendo y algunos centros al área Xeneize, paralizaron el corazón de los miles de fanáticos que estaban del otro lado, mientras se consumían los minutos finales del encuentro. Sobre el final, Ramón Ábila, quien volvía de la lesión, asistió a Cristian Pavón, que quedó cara a cara con el 1 de Cruzeiro y lo fulminó con un derechazo arriba, imposible de sacar, para que explote el banco de suplentes de Boca y el público que acompañó al Xeneize.

Pavón y la Libertadores tienen un lazo especial: esta noche, el delantero llegó a su sexto gol en definiciones mano a mano en la competición. Salvo aquel partido de ida ante Independiente del Valle en 2016 (el 7 no estuvo por la roja ante Nacional en su festejo), Kichan disputó los 9 encuentros y anotó 6 goels: Cerro Porteño, Nacional, Independiente del Valle X2, Libertad y Cruzeiro. Sin dudas, a pesar de que su rendimiento no sea el ideal, el wing siempre tiene resto físico y deja su huella en partidos de este tipo, ya sea asistiendo o convirtiendo.

Jugó mal, apostó a mantener el resultado y sufrió más de la cuenta, pero este Boca, el criticado, menospreciado, ninguneado, alcanzó una nueva semifinal de Copa Libertadores, la segunda para Guillermo en dos ediciones disputadas. 4 partidos, 360 minutos, separan al equipo del Mellizo del máximo logro continental. Astucia, garra, mente fría y solidez defensiva serán vitales para llegar al objetivo, callar bocas y demostrar que Boca está más vivo que nunca.

Redacción: Sebastian Bezzerri

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